En el libro Retórica a Herenio aparece la frase oportet esse ut vivas, non vivere ut edas. Vayamos palabra por palabra: *se debe (oportet) comer (esse) que (ut) vivas (vivas), no (non) vivir (vivere) que (ut) edas (comas), o, lo que es lo mismo, debes comer para vivir, no vivir para comer, puesto que parece bastante claro que los dos “ut” indican finalidad (hay que aclarar que el “esse” que encontramos aquí no es el infinitivo “ser/estar” del español, sino que coincide en esta forma con un verbo irregular que significa precisamente “comer” y otra de cuyas formas personales es “edas”).
En uno de los aforismos medievales encontramos la frase cum satur est venter, letum caput est mihi semper, que traduciríamos como cuando lleno está el vientre, alegre la cabeza está para mí siempre, la cual traducción quedaría más correctamente modificando el orden de las palabras: Cuando mi vientre está lleno, tengo siempre la cabeza alegre. Sin duda, la oración introducida por “cum” lleva el verbo en indicativo (est), por lo que el valor de ésta será temporal.
Llegados aquí se debería aclarar una noción de la partícula “cum”, puesto que, además de funcionar como nexo introductorio de una oración subordinada, también puede funcionar como preposición (con) acompañando a un ablativo. Boecio escribió en su libro De consolationes Philosophiae la frase nemo facile cum fortunae suae conditione concordat. En esta oración hay dos cosas que observar; por un lado, “cum” funciona como preposición; por otro lado, la palabra que sigue a “cum” no está en ablativo y, si, como hemos dicho, esta preposición va acompañando este caso, ¿qué ocurre aquí? Lo que sucede es que “fortunae suae” es un genitivo, cuya función es la de complementar a un nombre, y el nombre al que complementa es “conditione”, que sí es ablativo, así que el genitivo se coloca entre la preposición y el ablativo para indicar que todas estas palabras forman un único sintagma (recordemos que, aun sin parecerlo, en latín también existe un cierto orden en la colocación de las palabras). La traducción primera podría ser *nadie fácilmente con la de su fortuna condición se conforma, lo cual suena muy obtuso, así que ordenamos todo según sabemos: nadie se conforma fácilmente con la condición de su fortuna (nadie se conforma sin más con su suerte).
En De oratore Cicerón escribió ut sementem feceris, ita metes, con una oración introducida por “ut” y su verbo en subjuntivo; observamos también que en la oración principal aparece “ita”, así que parece que la oración subordinada es consecutiva, a tenor de lo que se dijo anteriormente sobre las partículas correlativas: que la simiente hayas hecho (hayas sembrado), así recogerás o lo que es lo mismo tal como hayas sembrado, así recogerás.
En uno de los aforismos medievales encontramos la frase cum satur est venter, letum caput est mihi semper, que traduciríamos como cuando lleno está el vientre, alegre la cabeza está para mí siempre, la cual traducción quedaría más correctamente modificando el orden de las palabras: Cuando mi vientre está lleno, tengo siempre la cabeza alegre. Sin duda, la oración introducida por “cum” lleva el verbo en indicativo (est), por lo que el valor de ésta será temporal.
Llegados aquí se debería aclarar una noción de la partícula “cum”, puesto que, además de funcionar como nexo introductorio de una oración subordinada, también puede funcionar como preposición (con) acompañando a un ablativo. Boecio escribió en su libro De consolationes Philosophiae la frase nemo facile cum fortunae suae conditione concordat. En esta oración hay dos cosas que observar; por un lado, “cum” funciona como preposición; por otro lado, la palabra que sigue a “cum” no está en ablativo y, si, como hemos dicho, esta preposición va acompañando este caso, ¿qué ocurre aquí? Lo que sucede es que “fortunae suae” es un genitivo, cuya función es la de complementar a un nombre, y el nombre al que complementa es “conditione”, que sí es ablativo, así que el genitivo se coloca entre la preposición y el ablativo para indicar que todas estas palabras forman un único sintagma (recordemos que, aun sin parecerlo, en latín también existe un cierto orden en la colocación de las palabras). La traducción primera podría ser *nadie fácilmente con la de su fortuna condición se conforma, lo cual suena muy obtuso, así que ordenamos todo según sabemos: nadie se conforma fácilmente con la condición de su fortuna (nadie se conforma sin más con su suerte).
En De oratore Cicerón escribió ut sementem feceris, ita metes, con una oración introducida por “ut” y su verbo en subjuntivo; observamos también que en la oración principal aparece “ita”, así que parece que la oración subordinada es consecutiva, a tenor de lo que se dijo anteriormente sobre las partículas correlativas: que la simiente hayas hecho (hayas sembrado), así recogerás o lo que es lo mismo tal como hayas sembrado, así recogerás.
En una oración como pueri, quibus magister praemia promisit, maiore cura laborabunt, observamos que la oración de relativo va colocada entre comas (en latín, no obstante, no existían los signos de puntuación: punto, coma, comillas…), para separarla del resto de la frase; a su vez, parece que el antecedente a quien se refiere el relativo es el sustantivo que va justo delante y que él mismo está en el caso dativo, por todo lo cual se podría traducir todo como los niños, a quienes el maestro prometió premios, trabajarán con mayor cuidado.
En otras ocasiones el antecedente va incluida en la propia oración del relativo como en la oración legati Athenas pervenerunt, quae urbs Graeciae caput erat, que se traduciría como sigue: los legados llegaron a Atenas, la cual ciudad era la capital de Grecia.
Publio Siro escribió improbe Neptunum accusat, qui iterum naufragium facit, que en la traducción al español vendría a decir que injustamente acusa a Neptuno, quien por segunda vez el naufragio sufre.
En cuanto al pronombre anafórico, un ejemplo para traducirlo sería en la frase latina anxii sperabamus nuntium. Is non venit, la cual en español quedaría ansiosos esperábamos al nuncio. Éste no vino. O bien, en otro ejemplo, la oración tibi reddo id quod mihi crerdisti se traduciría como te devuelvo lo que me has prestado, donde el anafórico está representado por un simple artículo, si bien podría haber empleado “esto”, al igual que en ubi est puella? Eam non video, cuya traducción podría ser ¿dónde está la niña? No la veo. Incluso cabría traducir non is qui decipi possis como no eres tal que puedas ser engañado.
En otras ocasiones el antecedente va incluida en la propia oración del relativo como en la oración legati Athenas pervenerunt, quae urbs Graeciae caput erat, que se traduciría como sigue: los legados llegaron a Atenas, la cual ciudad era la capital de Grecia.
Publio Siro escribió improbe Neptunum accusat, qui iterum naufragium facit, que en la traducción al español vendría a decir que injustamente acusa a Neptuno, quien por segunda vez el naufragio sufre.
En cuanto al pronombre anafórico, un ejemplo para traducirlo sería en la frase latina anxii sperabamus nuntium. Is non venit, la cual en español quedaría ansiosos esperábamos al nuncio. Éste no vino. O bien, en otro ejemplo, la oración tibi reddo id quod mihi crerdisti se traduciría como te devuelvo lo que me has prestado, donde el anafórico está representado por un simple artículo, si bien podría haber empleado “esto”, al igual que en ubi est puella? Eam non video, cuya traducción podría ser ¿dónde está la niña? No la veo. Incluso cabría traducir non is qui decipi possis como no eres tal que puedas ser engañado.